Al enfrentar guerras, conflictos, violencia en varias partes del mundo, inventamos: el time-out: todos los días en cada zona horaria al mediodía nos detenemos por un momento, silencio u oración, para pedir, unidos, el regalo de paz y reenfocar el compromiso personal de construirlo donde vivimos.
Unidos a miles de niños, jóvenes y adultos de todos los países del mundo, pedimos la paz en todas las naciones de la tierra, especialmente para … (mencionar los países en guerra) y dondequiera que la violencia y la injusticia reinen.
Nos comprometemos a hacer nuestra la Regla de Oro como nuestra: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran” para llevar la paz a donde vivimos y construir un mundo unido.